Tras varias fotografías publicadas en El Vals de la Novia, y fascinantes historias de amor recibidas, podemos decir que las bodas tienen ese je ne sais quoi, que las hace maravillosas.
Fotografía Liven Ph
Y esto lo afirmamos no solo, por todo lo que se ve, sino por todo aquello que no se ve.
Por esos nervios e ilusión de los novios, de sus familias y de sus amigos. Por esas ganas inmensas que se ponen en cada pequeño detalle y que dan mucha personalidad a una boda y por esa alegría contagiosa que hace que, pase lo que pase, todos disfrutan de la boda.
Tras todas esas fotografías e historias, hay una cosa que he descubierto, y creo que es la razón por la que se disfruta tanto una boda: Los novios están comenzando una nueva etapa que les ilusiona, como a un niño pequeño los reyes magos, una ilusión que en el mundo adulto no es tan sencilla de encontrar y que hace de este evento un momento muy especial, y envuelto en una atmósfera mágica.
Este hecho es conocido por los invitados, que se involucran al 100% en ese magia y están dispuestos a pasar y a hacer pasar, el mejor día de su vida a los novios.
Fotografía Light off Feather
Ahí, reside el secreto del éxito de cualquier boda. Que se noten esas ganas de disfrutar de los novios, esa ilusión por ese nuevo paso, cargado de emoción y sentimiento. Paso que, siempre es acompañado por los familiares y amigos, que en cuanto ven a los novios con entusiasmo, son rápidamente contagiados.
Habréis oído hablar en multitud de ocasiones, que lo más importante de una boda, son los novios, y es por esta sencilla razón: todos tus invitados están ahí por ti, si quieres que lo pasen bien y lo disfruten, hazlo posible, olvídate de todo y baila, llora, ríe y vive cada instante.
De esas historias de amor, que he recibido, y a las que me refería al inicio, hay algunas que me encantaría enseñarlas al mundo entero, y mostrarle esos novios que han disfrutado y han conseguido lograr una boda entrañable para todos sus invitados, contra viento y marea.
Entre varias de esas historias, está aquella en la que una novia, aún sorprendida por lo bien que salió todo, pese a las incidencias que vivieron, me contaba hace unos meses.
Ellos habían elegido una finca, en un pueblo perdido en la montaña, a escasos minutos en autobús de la iglesia. Un sitio de ensueño. Pero ella, señala “lo que nunca pudimos prever, sería un apagón en todo el pueblo que duraría 2 días” .
Si exactamente, un apagón que les fue informado la noche antes del día elegido, y que les obligaba a hacer muchas modificaciones. Ellos vieron las posibilidades que había, hablaron con el catering y consiguieron enfocar todos los platos, a un menú frío con mucho gusto, ¿las luces?, la finca les ayudó y decoraron todo con velas y algunas luces que pudieron conectar a un pequeño generador.
Fotografía Liven Ph
Y ¿la fiesta? me encanto su respuesta, “nunca he vivido una mejor”, consiguieron a un grupo de música que se esforzaron muchísimo, para dejar claro que la falta de electricidad no importaba, y por lo que me contaba, levantó a todos los invitados hasta las siete de la mañana. Ella concluía “no cambiaría nada de aquél día”.
Otro seguidora, también me sorprendió al contarme su historia. Ella me decía, que en su boda, el autobús que llevaba a los invitados desde el hotel, pinchó de camino a la iglesia, por lo que a diferencia, que de costumbre, fueron la novia y el novio, los que relajaron a los invitados, les mandaron taxis con carteles “Don´t worry be happy” y poco a poco, fueron ellos lo que iban recibiendo en la puerta de la iglesia a los invitados, que con muy buena actitud iban dispuestos a disfrutar del momento, pese a las incidencias.
Fotografía Esif fotografías
Ya os contaré más anécdotas de nuestros seguidores, pero lo que podemos afirmar, es que los invitados van a depender, en gran medida de los novios, por lo que no permitas que nada te haga dejar de disfrutar de tu gran día, que con tanto esfuerzo y pasión has preparado.
